Barajé entre dos opciones: Hacer una restauración clásica o buscar algo más contemporáneo jugando con un color neutro. Gano el arriesgar un poco pero...
Después de lacarlo en blanco el resultado parecía que menospreciaba el trabajo del artesano, un color tan plano difuminaba las formas torneadas del tresillo y le daba un aire demasiado moderno.
En esto del restaurado creativo, al arriesgar tienes muy buenos resultados y otros no tan buenos. En este caso tienes que meditar bien tu siguiente paso antes de perder a tu paciente en un cúmulo de pruebas.
Como creo que pequé de contemporáneo, busqué un revulsivo para dar algo mas de antigüedad. La técnica del decapado o decapé (detalles en esta entrada) me resulto idónea para mis propósitos.
También tuve que reparar pequeños desperfectos del esterillado que la pintura había enfatizado.
Fue mas sencillo de lo que parece reparar el pequeño desperfecto del esterillado, cogí unas hebras de un esterillado viejo que tenía, y con un poco de paciencia las coloqué adecuadamente tejiendo la parte dañada, teniendo la precaución de dejar las puntas de las hebras añadidas por la cara no visible del asiento.
Luego con un poco de cola de carpintero algo diluida con agua las adherí al resto. Aunque yo lo hice a posteriori recomiendo reparar agujeros del esterillado antes de aplicar nada para una mejor adherencia de la cola.
Como siempre satisfecho de haber sido participe de alargar la vida útil de un mueble de alta calidad.
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